La savia que te supo apañar
un sol que no aprendiste a mirar
y desde el jardín de los huesos
hoy solo te queda esperar.
Fuiste prisionero de tu gusto y manjar
la suerte no es gratis olvidaste recordar
regalaste mil historias por doquier
abriste mil heridas imposibles de cerrar.
Entregaste una luz al amanecer
devolviste una gota al mar y no va a llover.
Rodaron por tu brazo y su mejilla
esas lágrimas de una historia mal hecha.
Elegiste caminar hacia el nuevo sol
para remediar lo irremediable
para olvidar lo inolvidable
pero el drama humano es inevitable.
Pero recuerdas muy bien
que cada uno calla su conciencia como puede
soñando, aguantando, explotando o culpando,
pero el drama humano es inevitable.
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