
Quiso y supo esperar el momento para dar pelea
asfixiandose en café y demás degradés de la desesperación
abrochó labios y narices para no sentir ni intentarlo,
hizo tiempo para buscar sus perdigones y aprender
que de nada sirve voltear blancos al azar
mas bien con un solo intento eficaz se puede lograr.
Pero quien va a curar a esos pájaros que murieron por ser
lo primero que a la vista se le cruzo en su pánico.
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