Empiezo a extrañar los pinos de la ruta uno
el sol poniéndose en cada bahía,
llegar a esa curva ancha y allá arriba
subir hasta la sima y verte completa y desnuda.
Empiezo a extrañar la esquina donde el premetro
hace su curva y se mete en el cementerio del recuerdo
donde enterré el creer,ahí abrí los ojos a la vida,
se que voy a extrañarte maldita.
No me voy a olvidar de los altas cumbres
siempre azuladas en el horizonte
opuestas a la naranja luna redonda
que llenó mis ojos desde el vencido balcón.
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