Esta vez tocaba bajarse de un colectivo sobre la misma vereda en la esquina donde siempre esquivaba el pozo,con el río a un lado y del otro el concreto que me dejaba con la piel dura para que no molestara lo que hacía.El edificio seguía ahí con sus alas puestas a sus costados y creo que lo dije alguna vez pero el reflejo del espejo en el ascensor me mata,da sensación de profundidad e infinito y ahí siempre estas vos una y otra vez.Me bajé y caminé le di la vuelta y sentí el viento del rió como pasaba allá hace un tiempo.
Es uno de todos los recuerdos que se atiborran en la punta de mi conciencia tanto como carga o como escape y crease o no me anulan,me dejan duro como si hubiera aspirado un raspado de acero,produce el mismo efecto en mis pensamientos también.
Finalmente no se que hice o que hubiera hecho,no hay porque ni se los necesita pero esto no es lo mismo que no saber que hice.Para bajar un poco del viaje apelo a la imaginación y una pizca de frustración para darle sabor nunca esta de mas.
Ahí mismo me sentí atrapado esta vez el río no era salida y el concreto seguía alejandome contra una pared de agua que amenazaba con hundirme y ahogarme.
Luego fabulé sobre cruzar el charco y necesitar seguridades mínimas para emprender un viaje, básico supuse, pero no lo era ni lo es y no creo que lo sea,aun asi me esfuerzo en concretarlas para no perder lo que ni siquiera tengo.
"El se acurruca contra el viento y empieza a fingir que no le da"
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