La trampa

Un ebrio callejero digno de varios adjetivos descalificativos se acerco a nosotros para refregarnos en la cara lo que ninguno de los dos decía en palabras pero que era claro con gestos y posturas. La situación era extraña, el la describió bastante bien salvando algunos detalles. La trampa ya la había hecho años atrás y en ese momento solo intentaba reparar un poco al menos lo que no supe encarar bien cuando debí. Aun así,era trampa también en su tiempo(cuando sucedía esta agonía redentora,presente) pero con las piezas un tanto cambiadas de lugar. Creo que nos gustaba jugar el papel que no habiamos compartido en el pasado. A ella le tocaba ser la otra cuando supo ser la única y eso le gustaba creo, yo accedía a actuar mi papel y me salía muy bien logicamente, nada mas que esta vez no tenia las mismas intenciones. Yo buscaba una mirada que me lo resolviera todo, apoyo para seguir buscando lo que todavía no encontré y sigo buscando, es que hay una conexión muy intensa en la que no hace faltan las palabras, nisiquiera la cercania. Nos comunicamos con solo pensarnos cada uno en su lado, la recuerdo y rie, me recuerda y quedo colgado de una nube flotando en la nada. No necesito hablarle muy seguido justamente por eso, es nuestra manera de seguir cerca sin el miedo a estar solo, sabemos que basta un pequeño esfuerzo de nuestros deseos para que el otro salga y dispare unas palabras reconciliadoras. A pesar de esto me asombra que en esta vida que viene casi armada no solamos cruzarnos por la calle cada tanto o al menos vernos sin que el otro se de cuenta.
Tuve que dejar pasar un tiempo para poder pensar bien sobre esto, en realidad pensé mucho mas porque hace tiempo no le hablo pero estoy seguro que mientras escribo esta noche está soñando con algún buen recuerdo nuestro o de fiesta por ahí habiendo aprendido la lección que nos dimos, dejamos que fluya y los caminos solos nos guiaran hacia donde debamos ir...Concientes de que podemos cambiarlo todo en un instante de cruel conciencia.