Sueño mil mujeres a las que hubiera amado
sueño mil mujeres diferentes y ninguna me hubiera amado.
Uno sueña más de lo que disfruta
y lo que tiene lo presta a cualquier mano.
Y decir que tiene es una cuestión demasiado poco ahondada.
Es una ilusión y un sentimiento amargo.
Hoy por hoy sería juzgado y empalado.
Yo siento que no poseo absolutamente nada en esta vida,
creo que solo uso y descarto,
y más fervientemente en lo que a personas respecta.
No me pertenezco ni siquiera a mis deseos
¡¿Cómo puede ser que alguien sea mi dueño?!
Hay cosas parecida que yo las llamo tareas, obligaciones y deberes.
Mi hija no me pertenece pero es mi deber su cuidado,
y mi obligación cuidar de sus sueños y darle aire a su inocencia,
que se mantenga viva, que ame en exceso, sienta profundamente
y ria y también llore cada vez que sienta las ganas de hacerlo.
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