Un viaje tranquilo y sereno
por los oscuros desvíos de la mente.
Nada se le compara,
silencios de otros mundos.
Monótonos movimientos acompañan
a otros cuerpos sin vida.
Ajenos al tiempo y la miseria
solo se ve lo que se quiere
y nada puede alejarte de los propios sueño.
Vagamos en minúsculos retazos de ira,
desiertos de alegría.
¿A que mundo me vas a invitar hoy?
¿Aquel que alguna vez extraño
y hoy atormentado por el cual voy?
Este mundo no nos deja ver
la simpleza de morir y nacer, otra vez.
Es un instante de silencio,
persianas bajas que no alumbran nuestras camas.
Lo bueno y lo malo existe a la vez,
los disfraces de ambos se pueden confundir.
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