Metido en este juego
de cristales que sudan
a los ojos del monstruo tonto
ese de adentro que lleva mis pies
derriba ideas y se come todo.
Empieza la calesita
seis y treinta de la tarde
Un amable gesto te conduce
a la misma cueva de siempre
Hijo del engaño no aprendiste
No aprendiste a entenderlo
No aprendiste amando
y dentro tuyo ha muerto
dejando el tufo y los gusanos
del espejo aún extraño
No hay comentarios:
Publicar un comentario