En un breve segundo logré identificar, o hacer espejo con mí yo de 8 años.
Es abrumación total y destrucción por doquier.
La frustración de no entender ni aceptar lo que sucede despierta en mí un sentimiento de ira acompañado de explosivas reacciones tendiendo a la destrucción de todo mí entorno.
La tristeza absoluta, la resignación a verme perdido de nuevo, rindiendome a lo inevitable.
La autopercepción de fracasado y las alarmas constantes encendidas buscando descargar toda esta mierda con quien se me interponga o me obstaculice.
No hay comentarios:
Publicar un comentario